Llevo días dándole vueltas, a ver cómo podríamos sacar más provecho de lo que se explica en clase, y siempre acabo en el mismo punto. Acabo de terminar de corregir unos exámenes de segundo de eso y los resultados han sido muy malos. Por supuesto que las estadísticas me hacen cuestionar mi propia actividad docente. Lo que más me duele, o preocupa, es que en el momento de la explicación y al hacer los ejercicios, parece que las cosas se han comprendido. Eso es síntoma de que la información llega bien, de que la actividad de explicar que realizo es correcta (por supuesto mejorable, como todo). Sin embargo, a los tres días, todo parece haber caído en saco roto. Son varias las causas que se me ocurren:
1.- Se entiende pero no se estudia. El esfuerzo de atender en clase no resulta rentable si después en casa no se estudia la materia explicada.
2.- El hecho de hablar de una asignatura como lengua española supone en muchas ocasiones caer en el error de que, como soy español, todo esto es muy fácil. No se memorizan cuestiones teóricas que, a nuestro nivel, son fundamentales, pues en bachillerato no vamos a ponernos a señalar sólo sustantivos y adjetivos (aunque, paradójicamente, sea luego lo que nos pidan en PAU, pero esto es otro tema).
3.- El ritmo de actividades extraescolares que los alumnos llevan es agotador y muy poco beneficioso para quienes han elegido continuar, después de cuarto, sus estudios.En nuestro orden de prioridades no está el estudiar en los primeros puestos.
4.- Estudiar es duro, difícil, trabajoso y, en ocasiones, aburrido, sobre todo si una asignatura gusta más o menos. Cualquier ámbito de la vida laboral sufre de estos males, y engañar con falsas teorías del estudio lúdico no conduce a nada. SIn embargo, la satisfacción que supone superar una prueba como esta no tiene precio. Elegir estudiar es elegir un camino de ESFUERZO, y esforzarse es estar sentado todas las tardes estudiando de dos a tres horas como mínimo.
Por eso quisiera dejarles aquí algunas recomendaciones:
1.- Hay que llevar la asignatura al día, es decir, estudiar por la tarde lo que se explicó por la mañana. ¿Cómo hacerlo? A través de esquemas, de resúmenes, de notas pegadas en los márgenes del libro.
2.- Hay que distinguir el estudio de cuestiones teóricas del de cuestiones prácticas. Memorizar supone repetir hasta haber asumido una idea o concepto. Puede conseguirse a través de la escritura, esto es, escribiendo varias veces las definiciones hasta el punto de poder reproducirla con nuestras palabras sin necesidad de mirar el libro. NO es repetir sino asumir, aprehender.
3.- Somos muy habladores. A penas tenemos tres horas semanales y la de los jueves se va en murmullos. Las horas de clase hay que aprovecharlas y cuando toque hacer ejercicios hay que realizarlos de forma seria, concentrados, mirando apuntes o el libro.
4.- Los exámenes no se pueden preparar en dos días, ni en tres. Hay que ir estudiando al día. Se explica un tema cada dos semanas y los exámanes son de dos temas. La fecha se fija con diez días de antelación. Hagan cuentas y vean la cantidad de tiempo que tienen para preparar el control. Dejarlo para el final es un crimen.
Espero que estas reflexiones les ayuden en la medida de lo posible. Tienen la opción del comentario para decir lo que quieran. Ánimo.
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